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Activismo digital, ¿cómo medir la estructura digital?

El término activismo digital ha dado un paso adelante entre los modismos electorales. No es solamente parte del argot, sino también una estrategia comprobada de comunicación efectiva y movilización. Existen numerosas plataformas y herramientas que nos permiten identificar, medir, activar y movilizar a los activistas, ¿las estás usando?

El alcance de las TIC y el uso masivo de las redes sociales brinda una plataforma de comunicación de grandes dimensiones, en la que hay que estar. Así, las organizaciones políticas y civiles cuentan con herramientas que facilitan la emisión de lineamientos y la recuperación de datos relacionados con sus acciones.

Aunque los correos electrónicos y las páginas web especializadas son parte de la alternativa moderna para campañas electorales. El auge de las redes sociales los ha dejado como complemento para transmitir información y propaganda electoral, aunque es una equivocación. Correo electrónico y sobre todo la web deben convertirse en nuevas herramientas de intercambio de información, conversación y… lo más importante, agrandar nuestra Base de Datos de personas interesadas en colaborar o estar informadas.

La política se ha visto en la necesidad de adaptarse a los avances tecnológicos y el activismo digital es parte de este cambio ¿Realmente funciona? Para esto es necesario conocer su verdadero impacto en la opinión de los electores, en el día a día de cualquier campaña y cómo se pone en práctica en la actualidad.

Activismo digital

¿Qué es el activismo digital?

Se considera cualquier actividad que permita informar, organizar y/o movilizar a las personas a través de medios digitales. En función de alcanzar objetivos específicos de difusión, promoción o defensa de ideas o procesos de tipo social, civil, cultural o político.

Otros términos como ciberactivismo o activismo en línea corresponden a este tipo de acción política no tradicional. En el cual se persigue crear comunidades virtuales que manifiesten un interés político común. Donde además se hace énfasis en las necesidades sociales que padecen y que ofrecen solucionar.

El uso de redes sociales en el activismo digital, ha obligado a utilizar nuevas formas de organizar la participación ciudadana. Incluyendo la necesidad de producir contenido adecuado a las diferentes plataformas. Así como ofrecer mecanismos para clasificar el mensaje enviado según el perfil del usuario (la tan escuchada segmentación).

Por otro lado, el impacto inmediato de las campañas por redes sociales requiere equipos políticos especializados. Capacitados para el diseño de contenido en función de las tendencias y de la opinión que persiguen forjar en los ciudadanos. Pero que al mismo tiempo sean garantes de las leyes electorales vigentes, de lo cual también surgen activistas y movimientos para proteger la democracia.

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Herramientas usadas en el activismo digital

Llevarlo a cabo requiere mucho más que la creación de cuentas de correo y redes sociales. El éxito de este se basa en el conocimiento de los objetivos, la planificación estratégica y el diseño de actividades a medida de los usuarios y de la organización. Y sobre todo, involucrar a la ciudadanía, encontrar causas que sean comunes y que todas las personas se sientan partícipes de los objetivos.

En primer lugar, es necesario que la causa y el objetivo que promueve sean claros y sin posibilidad de dudas. Por lo tanto, deben ser un reflejo de la tendencia política que respaldan. Saber a quiénes están dirigidos y emitir un mensaje sólido.

Posteriormente, definir los escenarios en los cuales se dará a conocer el mensaje electoral.

Es posible identificar al menos cuatro herramientas estratégicas que se deben considerar para un activismo digital efectivo:

Correo electrónico

Como medio de difusión se ha implementado desde hace mucho tiempo. Su uso en el activismo digital se ha visto disminuido por la presencia de otros medios. Sin embargo, no deja de ser útil a la hora de canalizar propuestas con sectores específicos (voluntarios, medios de comunicación, autoridades o colaboradores).

Igualmente, requiere consideraciones fundamentales en cuanto su correcto uso. Pero las ventajas relacionadas con la personalización de mensajes, la segmentación de audiencias y la interconexión con otras plataformas le permiten al correo electrónico mantenerse en total vigencia.

Blog

Puede ser una plataforma de comunicación independiente o estar incorporado como parte de un sitio web oficial. Permite la publicación de contenido que sirva de soporte a la causa electoral que atiende. Las tendencias políticas, análisis de gestión pública, encuestas y otros temas de interés colectivo. Al igual que la creación de argumentario que ayude a los activistas, simpatizantes y militantes para el convencimiento de nuevos adeptos o, en su defecto, refutar o contra-argumentar a otras propuestas políticas.

La interconexión entre el blog y otros canales de comunicación como correo electrónico y redes sociales, será indispensable para garantizar la visibilidad de tu contenido. Haciendo necesario incorporar los enlaces correspondientes para atraer y mantener a los usuarios.

Activismo digital

Redes sociales

Twitter, Facebook, Youtube e Instagram se perfilan como las más utilizadas. Las ventajas que ofrecen, además de su increíble alcance, está en los servicios estadísticos y métricas de acceso que pueden obtenerse de ellas.

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La fortaleza del nuevo modelo de campaña electoral por redes sociales, permite fijar estrategias según el perfil de usuario. Datos relacionados con la geolocalización, tipo de dispositivos, preferencias e incluso rango de edades, han marcado una gran diferencia a la hora de hacer política. En uno de los últimos posts afirmábamos que la política se ha mudado a las redes sociales, y es una certeza como cada día más los partidos y los políticos intentan llegar a más gente con estas redes.

Las redes sociales en el activismo digital brindan la posibilidad de poner a disposición contenido multimedia, la generación de tendencias y debates. Además de la influencia que tienen sobre diferentes sectores de la población, incluyendo autoridades y organizaciones gubernamentales.

Entran con mucha fuerza otras 2 redes sociales: Tik-tok y Twitch, de ambas hemos hablado en los últimos posts:

Mensajería instantánea

Más allá del impacto de internet, los canales que hacen uso de la telefonía son igualmente considerados primordiales. Así los mensajes de difusión por servicios tradicionales o por otras redes como WhatsApp o Telegram también forman parte de las campañas electorales de la actualidad.

No hay herramienta que permita una llegada más directa y amplia con la ciudadanía que la mensajería instantánea, especialmente Whatsapp, y por ello, no hay campaña en la que trabajemos que no recomendemos desplegar varias mallas de activismo, y tanto para la comunicación electoral como la institucional, no hay mejor herramienta que un chatbot, que no solo nos permite generar comunicación 24 horas desatendida basada en inteligencia artificial (IA), sino que además, nos permite generar bases de datos (BigData). Y así, poco a poco vamos introduciendo uno de los temas que más estamos abordando en la comunicación política actual, el empleo de BigData e IA en cualquier proceso de comunicación y conversación que se precie, pero esto será tema de próximos posts.

En general, la elección de los canales adecuados, será en función de las tendencias de uso para el entorno en el cual se aplique. Además, esta selección indicará a la organización los recursos necesarios para ponerlas en práctica. Tanto a nivel tecnológico, financiero, organizativo y de talento humano. Pero… si o si, hay que usar WhatsApp y a ser posible con una de las herramientas que nos permite medir el alcance de los envíos, quienes comparten, hacen RT, me gusta, comentan, amplifican,…

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¿Cómo medir la estructura digital?

A diferencia de los medios tradicionales de participación y propaganda electoral, el activismo digital ofrece información casi inmediata sobre el impacto de las actividades realizadas. Las réplicas de contenido y la interacción con los usuarios dan un panorama claro de cómo ha resultado cada estrategia. Y si no medimos… ya se sabe, no sabemos si lo estamos haciendo bien o mal, o simplemente engañándonos al solitario. Por ello, necesitamos mejorar nuestra presencia online y generar contenidos en el momento correcto.

Se considera una campaña exitosa cuando se genera un impacto en la audiencia. Tanto a nivel de usuarios afines o detractores, en reportes de otros medios de comunicación o en las tendencias generales dentro de la población. Pero la mejor métrica es la de las urnas, los votos emitidos, y las intermedias, las de movilización y leads logrados. Así que, la cuestión es simple, ¿cómo ganar elecciones mediante el uso correcto de las plataformas tecnológicas y el activismo digital? ¿cómo armar la mejor estructura y medirla?

La respuesta de los contendientes con acciones similares es una muestra de que el activismo digital ha causado su efecto. Por lo tanto, al querer mantenerse en carrera imitan estas estrategias. Permitiendo que la competencia electoral pase de un plano netamente presencial a llevarse a cabo a través de lo digital.

Existen diferentes formas de medir y generar activismo, desde el método manual (contando número de interacciones por ejemplo), hoja de cálculo para guardar personas y características, bases de datos primitivas para además añadirles alguna información adicional,… a los sistemas actuales de activismo digital (con herramientas como Nation Builder, Salsa Labs, Liane o Majoritas) y de medición (usamos una propia que mide alcances de interacciones de whatsapp). En cualquiera de los casos, la Tecnopolítica, el activismo y la comunicación están muy presente.

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