Antes de Internet, la información que utilizaban los partidos políticos para dirigirse a los votantes se limitaba, por lo general, a la dirección del domicilio del votante, su historial de voto, su afiliación al partido y algunos otros datos sencillos. En la última década, la cantidad de información detallada sobre los votantes ha crecido exponencialmente. Hoy día, diferentes empresas combinan los registros tradicionales de información sobre los votantes con los modernos archivos de datos utilizados por las empresas más sofisticadas de marketing en Internet.

Con la llegada de la tecnología, algunas cosas han cambiado. Quizás tus mensajes de texto, tu feed de Facebook o tu buzón de correo también han explotado con anuncios políticos inquietantemente personales, incluso… ¿algún mensaje en tu whatsapp?. Alguna vez te has preguntado: ¿Cómo me han encontrado?

¿Has pensado en cuántas páginas te has suscrito con tu correo electrónico? ¿Las redes sociales en las que has puesto tu número de teléfono para verificar tu cuenta? Transferencias, datos bancarios, compras, ventas… todos esos datos terminan en internet, y de ello resulta algo llamado “voter data economy”, a partir del cual candidatos, partidos y organizaciones sin ánimo de lucro recogen, compran y explotan tranquilamente una tonelada de información sobre ti.

Sus archivos tratan tus datos de contacto como una cuestión de registro público y pueden ser más íntimos que las solicitudes de crédito, incluyendo tus ingresos, deudas, familia, etnia, religión, hábitos de gimnasio, si tienes un arma y qué tipo de coche conduces.

La mayoría de las campañas obtienen su información sobre los votantes de un puñado de proveedores de datos, ya sean partidistas o no partidistas. Estas empresas tratan de proporcionar datos sobre todos los adultos de EE.UU., independientemente de si están registrados como votantes.

Por otro lado, el término «Big data» se puso de manifiesto cuando las herramientas tradicionales de bases de datos, como los «RDBMS«, se volvieron incapaces de manejar grandes datos no estructurados que se caracterizan por su gran volumen, velocidad y variedad. Extraer la información necesaria de estos grandes datos es uno de los principales retos tanto para los analistas como para las bases de datos, pero no de las herramientas más empleadas para este tipo de procesos.

Cada día se crean aproximadamente 2,5 quintillones de bytes de datos.

Con esta abundancia de datos, podemos generar fácilmente información significativa aplicando técnicas adecuadas al conjunto de datos. Las elecciones se celebran en todo el mundo y abarcan casi todas las naciones. Cada nación tiene diferentes términos y normas para el proceso electoral. Los medios sociales son una plataforma de aplicaciones en línea que facilita la interacción, la colaboración y el intercambio de contenidos. Tanto el público como los líderes políticos utilizan medios sociales como Twitter, Facebook y Google, etc. para la campaña, el debate, la predicción y el análisis de las elecciones. Estos medios sociales, especialmente Twitter y Facebook por el debate político que provocan, generan una enorme cantidad de datos en bruto que son muy beneficiosos tanto para los partidos políticos como para el público en general, especialmente en época de elecciones.

De ahí que los partidos políticos utilicen las redes sociales, no solo para comunicar, sino principalmente para escuchar o… más bien debieran, porque sigo viendo como por más que se les explique, siguen pensando en vieja política. Y eso que ya hemos compartido una y mil veces, diferentes estudios e informaciones sobre como los políticos con mayor participación en las redes sociales obtienen relativamente más votos en la mayoría de los partidos políticos; y también aumenta su campaña porque la base de seguidores de los principales líderes políticos aumenta con el inicio de su campaña digital durante las elecciones. Así pues, los partidos políticos, incluso en los países en desarrollo, se esfuerzan por gestionar adecuadamente las redes sociales durante la fase de campaña. La importancia de las redes sociales saltó a la palestra cuando Barack Obama ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2008 utilizando las redes sociales (Twitter) en su campaña.

No se trata únicamente de saber tu estatus económico, thought. La big data ayuda a la campaña electoral a entender mejor a los votantes y, por tanto, a adaptarse a sus sentimientos; pues la mejor manera de predecir el futuro es estudiar el comportamiento pasado. No me canso de decirlo, las redes sociales, nos sirven para conocer humor social, perfiles psicodemográficos, tendencias,…y por supuesto, para conectar con la Sociedad.

Esta es la idea que subyace a los análisis de Big Data. La campaña electoral de Obama en 2008 fue una de las primeras en aprovechar los métodos basados en datos en la carrera hacia un cargo electo. La campaña de Obama tenía un equipo de análisis de datos de 100 personas. Esto demuestra el profundo impacto de la analítica de datos en el mundo. Desde la recomendación de productos a los clientes en los sitios web de comercio electrónico (es decir, utilizando la analítica predictiva) hasta la elección del funcionario más poderoso del mundo libre. La analítica de grandes datos está, en efecto, en todas partes. La analítica de datos ha evolucionado hasta convertirse en el cerebro de todas las campañas electorales desde la campaña de Obama.

Seguramente has de estar pensando, ¿y quién le ha dado permiso a estas personas de utilizar mis datos e información para estos fines?

Este tema tiene muchas perspectivas y muchas aristas. Cabría argüir que, las redes sociales tienen políticas que tú aceptas (sin leer antes de hacer clic en «Estoy de acuerdo», porque ¿quién tiene tiempo de leer todo eso, verdad?) y por ende, sin haberlo notado, las autorizas de utilizar información que tú les provees de forma gratuita. Recuerda que la data que recopilan se basa hasta de ese “insignificante” tweet que publicaste; y puesto que otorgaste tú autorización, no hay mucho de dónde abarcar.

Aquí entra en discusión sobre la ética de la compra y venta de datos e información. Para algunos, no es ético lucrarse con los datos ajenos, para otros, lo que hacen las empresas no es inmoral: solo lo es si la persona no lo autoriza o no sabe que sus datos serán vendidos (volvemos al punto de los “Términos y Políticas de privacidad” que aceptamos sin revisar). Para otros, la data es simplemente información que se obtiene. Basta con que alguien solo nos observe o nos escuche para obtener data sobre nosotros. ¿Es inmoral o ilegal que alguien que está sentado cerca de ti en una tienda de café te escuche o te observe por unos instantes? (el espionaje y el acoso son temas diferentes).

Los datos son la información que tienen otros. Los datos no son los que tú tienes, son los que tienen los demás sobre tí. Y tú tienes datos sobre otros.

Ahora, añade Internet a la ecuación. Internet sólo hace dos cosas:

-Facilita la recopilación de datos

-Aumenta la audiencia exponencialmente

Sin embargo, fundamentalmente, no es diferente.

Por esta razón, se ha discutido incluso sobre cómo comprar legalmente unas elecciones; y eso es mediante la existencia de listas públicas de votantes y la existencia de Big Data Analytics que puede predecir el voto de un determinado elector en unas elecciones.

En este día...


Ramón

Apasionado del Conocimiento Libre y de las personas. Autor de Software Libre y Comunicación

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