El pasado 28 de mayo se celebraron en toda España elecciones de carácter local para definir nuevos rumbos de gobierno en este orden territorial. Doce de las diecisiete comunidades autónomas, junto con Ceuta y Melilla, acudieron a las urnas para elegir al nuevo(a) presidente de comunidad. Por su parte, todos los municipios hicieron lo propio, eligiendo a quienes encabezarían cada uno de los ayuntamientos, para un nuevo período de gestión. Los resultados obtenidos tras la contienda a la que fueron convocados 17.335.748 de personas, dejan un mapa político con varios remesones, algunos de ellos inesperados. Lo cual ha tomado por sorpresa al partido de gobierno y sin duda, ha empezado a calentar los motores para el próximo encuentro electoral que definirá el nuevo(a) presidente de gobierno.
Con el ánimo de hacer un balance de la jornada, a continuación, resumiremos brevemente cuáles fueron los resultados de las elecciones, señalando los principales cambios por comunidad. Así como en las principales capitales del país. Seguido de un breve análisis sobre las principales conclusiones que se desprenden del evento electoral.
28 M, ¿el triunfo anunciado de la derecha?
Los resultados de la última contienda electoral, argumentan muchos, ha tomado de sorpresa al actual partido de gobierno, el Partido Socialista Español. Como anticipábamos en otra entrada, aunque no es definitivo, los resultados de estas elecciones, tienen una importancia relevante para las generales. La forma en que ha quedado definido el mapa político local, podría influenciar en gran medida los resultados de las generales. Sobre todo, porque el triunfo del Partido Popular, actual opositor al gobierno, logró la presidencia de comunidades autónomas y ciudades clave. Titulares de diarios como El País, lo anunciaron justamente como “El PP arrebata al PSOE casi todo el poder autonómico”. Y no es para menos, los populares lograron conquistar 6 de las diez comunidades autónomas donde gobernaban los socialistas. No obstante, en algunas de ellas no es un triunfo rotundo, pues para gobernar deberán contar con el apoyo de VOX, el partido de ultraderecha.
Los triunfos del PP
Quizá uno de los triunfos más significativos y decisivos es el resultado que obtuvo el actual partido de oposición en la Comunidad de Madrid. Allí, el PP y la candidatura de Isabel Díaz Ayuso lograron mayoría absoluta, obteniendo así 71 escaños de los 135 (6 más que hace dos años) que componen la Asamblea. Situándose, como primera fuerza política, seguido de Más Madrid y el PSOE, cada uno con 27 plazas en el órgano legislativo. Otro de los triunfos importantes lo compone la Comunidad Valenciana, en la que el PP si bien no obtuvo mayoría absoluta, sí ha logrado obtener el doble de los escaños obtenidos en 2019, para un total de 40 diputados. El PSOE sigue siendo la segunda fuerza política, logrando 32 asientos, seguido de Compromís. Con lo cual, es indispensable que el PP se asocie con Vox para lograr un cogobierno en la Generalitat Valenciana.
Aragón por su parte, es la tercera comunidad donde el PP logró expulsar a las fuerzas socialistas, eso sí, sin mayoría absoluta, lo que implica con cogobierno con Vox. Jorge Azcón, candidato de los populares logró 12 escaños más que hace cuatro años, para un total de 28. Mientras que la segunda fuerza política, el PSOE se asegura 23, y en tercer lugar figura Vox con 7, cuatro más que en 2019. Mismo panorama se repite en Cantabria donde PP y Vox suman mayoría absoluta. Por su parte, el Partido Regional de Cantabria se posiciona como segunda fuerza política con 8 escaños, cinco menos que los populares, mientras que los socialistas sufren una derrota significativa. Otra réplica se evidencia en La Rioja, esta vez con mayoría absoluta y 17 escaños en total, lo que les permitirá gobernar con holgura y sin necesidad de hacer alianzas con Vox, aunque con el contrapeso de los socialistas como segunda fuerza política. Por último, en comunidades como Extremadura, Murcia y Baleares, los populares tendrán que hacer una alianza con Vox para gobernar o bien, esta última organización deberá declararse en abstención.
El PSOE resiste
Pese a la ola azul que sepultó muchos de los fortines socialistas, el PSOE logró mantenerse en Castilla La Mancha con mayoría absoluta con 17 escaños, y con el PP de segunda fuerza política. Igualmente, los socialistas resisten en Navarra, donde la candidata María Chivite, a pesar de obtener 11 escaños, deberá realizar alianzas con otras fuerzas políticas. La resistencia socialista se extiende también a Asturias, donde esta fuerza obtuvo 19 escaños, no obstante, tendrá que pactar para gobernar con otras fuerzas como IU-Más País y Podemos. Por último, el PSOE también logra mantenerse en Canarias, aunque con resultados muy inferiores a las expectativas, obteniendo apenas 24 diputados, y generando la necesidad de buscar coaliciones para poder gobernar, mientras la derecha muestra un contundente avance, y en el último minuto parece que gobernará Coalición Canaria con el apoyo del PP.
En el resto de territorios y ciudades capitales, exceptuando Barcelona y Bilbao, los populares se hicieron holgadamente a los ayuntamientos de Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga, Murcia, Palma y Alicante.
Las principales conclusiones
- La crisis de la izquierda
La descripción de los resultados anteriores deja algo muy claro a la vista, y es una pérdida de fuerza rotunda, no sólo del partido principal de gobierno PSOE, sino también de todas las fuerzas de izquierda del panorama político español. Esa es quizá la principal y primera conclusión de la contienda, la izquierda está a día de hoy dividida y herida. El nuevo mapa político muestra, un PSOE que apenas resiste como segunda o tercera fuerza política, mientras que Podemos, actual socio de gobierno, apenas y alcanza a ocupar el cuarto, quinto o último puesto en las votaciones. En comunidades como Madrid, Comunidad Valenciana, Asturias, y Baleares, sufrieron derrotas contundentes perdiendo escaños y casi desapareciendo de los órganos legislativos. Este aspecto deja mucho que pensar de cara a la fuerza electoral que tendrán que movilizar para enfrentar las elecciones generales si deciden hacer coalición con los socialistas y otras fuerzas de izquierda. Pareciera que el empecinamiento en marcar la agenda del partido emergente de la Vicepresidenta Yolanda Díaz, les puede pasar factura a Podemos, pero también a las fuerzas de izquierda, dado que si hay una máxima comprobada es que si van divididas no hay opción a buenos resultados.
- ¿Una España más polarizada?
La segunda gran conclusión la deja la derrota avasalladora que sufrió un partido como Ciudadanos, fuerza que se ha perfilado como de centro. La pérdida de capacidad electoral de esta fuerza, no da otro indicio más que un posible aumento de la polarización en la política española. Donde los ciudadanos se ven cada vez más tentados o identificados con partidos de uno u otro espectro político y no con opciones que promuevan posturas intermedias.
- La nacionalización de la campaña
Una tercera conclusión gira en torno a cómo la desaprobación del gobierno actual, que según las últimas encuestas rondaba el 52% (en marzo), se pudo haber trasladado a los escenarios locales. Y no precisamente porque en lo local también hubiese existido una mala gestión, sino que más bien se trata de una extrapolación de este descontento (muchas veces no justificado) a la escala local. En este sentido, tal como lo señalan analistas como Pablo Simón, “La valoración que los ciudadanos hacen de su alcalde socialista es entre 10 y 20 puntos mejor de la que hacen del Gobierno nacional». Por lo tanto, resulta cuestionable como las elecciones del pasado 28 M han sufrido una especie de nacionalización. Este fenómeno, que puede ser más mediático o de manipulación de la opinión pública, podría estar abonando el terreno para ciertos intereses de cara a las elecciones generales.
- Las encuestas no lo son todo
La última, una vez más, hace falta un análisis de datos, estadísticas electorales y de opinión más ajustadas a la realidad. A su vez, que las estrategias políticas o de campaña estén ajustadas a esta realidad y a datos más certeros, así como a la evolución de las opiniones ciudadanas. Justamente, en torno a esto es que gira el mal cálculo que realizaron el partido y socios de gobierno, exponiéndose así al preocupante resultado que aquí analizamos. Y para el cual, el único as bajo la manga que ha podido sacar Sánchez ha sido adelantar las generales al próximo 23 de julio. Por otra parte, las encuestas nuevamente se equivocaron, revelando, una vez más que no hay que poner todas las esperanzas, estrategias y expectativas en ellas para actuar de forma efectiva en campaña. Sino todo lo contrario, trabajar en los resultados hasta el último día sin confiarse en los datos que supuestamente apuntan a una victoria o derrota, ya que nada está dicho hasta que los resultados lo expresan todo.