No hace muchos años, al menos en la Ciudad de México, la función de la comunicación política era poco conocida, de hecho, en algunas ocasiones aún se llega a confundir con otras áreas de las Ciencias de la Comunicación. Para quienes nos dedicamos a la comunicación política es de suma importancia ir ganando terreno en los distintos espacios en donde puede ser de gran utilidad llevar a la práctica estrategias en este ámbito.
Es importante comenzar por mencionar que la comunicación política sirve para alcanzar objetivos a través de la construcción de estrategias que incluyen elementos tan diversos que en el momento de su ejecución el impacto no sólo es focalizado, además llega a un amplio grupo de personas, es decir, se trata de posicionar un mensaje en distintos espacios de manera tal que el alcance no sólo sea retomado en medios de comunicación, sino en redes y en la opinión pública.
Aclarado el punto, pasemos al tema de la urgencia de que las fuerzas políticas emprendan acciones y adecuaciones, desde la comunicación política. Es necesario que las líneas discursivas y planes de acción reflejen un cambio, es decir, sí un llamado al voto pero sin que éste se convierta en la única razón para entablar un diálogo, pues eso desincentiva y reduce el papel de la participación ciudadana a un sólo momento.
Este texto representa una reflexión para consolidar una democracia más participativa e incluyente en los distintos espacios que existen y mejorar las prácticas políticas que conocemos actualmente. La comunicación política también debe de verse como un camino para favorecer y demostrar que la incidencia de los ciudadanos es una oportunidad de renovación, ésa de la que se habla y pocas veces ocurre en la práctica, con la finalidad de hacer de los partidos políticos espacios funcionales para la sociedad.
Respecto a la percepción sobre el desempeño de los partidos políticos, es importante mencionar que esto no cambiará de la noche a la mañana, por ello es necesario que desde las fuerzas políticas se deje de ver a los ciudadanos como simples votantes y se comience a trabajar con ellos, apoyando proyectos que no necesariamente estén encaminados a ganar votos pero sí a mejorar percepciones y reducir los negativos que hacen más costosas las campañas políticas durante procesos electorales, pues la comunicación política tiene, como una de sus metas, contribuir a mantener gobiernos y administraciones, posicionar temas y personas.
Es prioritario que las fuerzas políticas analicen el rumbo que sus estructuras tomarán y que en el diseño de estrategias de comunicación política contemplen más elementos, pues reducir una estrategia política a lo que ocurre en los medios de comunicación y redes sociales no basta para construir identidades políticas cercanas a la gente: no sólo se trata de tener buenos contenidos en las plataformas digitales, sino de mandar mensajes clave de manera permanente.
Finalmente hay que aclarar que mejorar las prácticas políticas implica involucrarse de manera permanente en la toma de decisiones, búsqueda de soluciones, hacer colectividad para contribuir y mejorar las oportunidades de desarrollo de la sociedad, y la construcción de estrategias de comunicación política como un camino que permite reducir la brecha que existe entre ciudadanos y gobiernos.