Tras varios días realmente estresado y sin apenas dormir con el asunto de los billetes, ya que la agencia brasileña había reservado los billetes a nombre del señor Sanches, y yo ni de coña soy ese. Mediante muchas gestiones, hay que agradecer la paciencia y la gestión de los amigos brasileños, especialmente de Livia, al final logré hablar con responsables de Iberia y TAM (la compañía brasileña con la que haría los vuelos transatlánticos) y me aseguraron que podría volvar, justo todo lo contrario a lo que los días anteriores me habían dicho en ambas compañías.

Así que, casi sin tiempo para hacer las maletas, dejar todo medio listo, y con un estres importante, comienza mi aventura, además no en las mejores condiciones de salud, unido a mis dañadas cervicales por el accidente de hace unas semanas, hay que añadir -que no sé si del miedo o de qué- el estómago no jugaba a mi favor.

El primer vuelo Málaga – Madrid, ningún problema en mi embarque, eso si, como señor Sanches, y comenzamos “regu” el viaje, retraso de salida y unos 40 minutos de retraso en aterrizar en la famosa T4. Luego transporte en el bus gratuito a la T1, desde donde salía mi vuelo a Sao Paulo.

Con la TAM, al igual que con la Iberia, tampoco ningún problema, me faciliten mi tarjeta de embarque y a las 23:00 despegamos. Una vez más, es el señor Sanches el que viaja 🙂

El vuelo, aunque no todo lo cómodo que quisiera, es lo que tiene tener unas piernas tan largas y sobre todo, ser tan difícil para dormir en los transportes públicos, bastante bien. Muchos entretenimientos en el A330 de TAM, con una pantalla interactiva por asiento, un montón de películas nuevas, juegos, series, música,… y varios servicios a bordo gratuitos : bebidas, cena y desayuno, todos de una aceptable calidad.

El caos creo que es más bien al aterrizar en Sao Paulo, con 35 minutos de adelanto, eso si. Hay dos lugares por donde tirar, uno el de conexiones internacionales, si continuas tu vuelo a otro aeropuerto, como Río por ejemplo, la cuestión es que yo viajo a Santiago de Chile, pero… ni en la misma compañía ni habiendo facturado hasta Santiago. Indecisión completa, unos que tire para un lado, otros que para otro,… y al final me dejo llevar por el instinto, recogeré las maletas como si fuese fin de viaje, que además es lo correcto. Colón infinito para pasar la aduana, y lo que es peor, hay que rellenar un formulario además del que ya te proporcionan en el avión.

Como la indecisión no me hizo saber que cola tirar y cuando llegué a la de aduanas, la cola era de aupa, cuando salgo, las maletas de mi vuelo ya han sido recogidas 🙁 Menos mal, que solo han sido unos minutos, rápidamente me han ayudado los de TAM a encontrar un carrito con las maletas del vuelo, entre las que estaba la mía. Increíble, después del viajecito a Egipto, siempre me espero lo peor con mi maleta. Por el momento llevo dos vuelos, en un rato otro a Santiago y, cruzaremos los dedos, pero por ahora bien.

Teóricamente el vuelo que no debiera tener problemas es el de Santiago, lo saqué yo ayer, mejor dicho, hace unas horas (menos de 24) y, cuando me acerco al mostrador de Lan Chile para facturar, me dicen que me pase por las oficinas centrales, hay problemas con mi billete 😮 😮 ¿También en éste? Nada, una simple comprobación de seguridad, ya que les había extrañado que el billete se hubiese reservado con tan poco tiempo, casualmente y para esto si había sido previsor y me traje la tarjeta con la que pagué ese vuelo, así que todo resuelto.

¿No es increíble? Llevo unos cuantos días asustados con los posibles problemas en mis vuelos resrevados en Brasil y el que me hacen comprobaciones es el que compro yo, que además es el único que lleva todos mis datos correctos. 🙂

 

Eso si, yo jetlag no sé si tendré, pero cansancio si, y creo que lo que más te extraña es el día y la noche tan larga: Salí de mi casa a las 16:00 para coger un vuelo a las 17:40, llego a Madrid y cojo un vuelo que sale a Sao Paulo a las 23:00 (noche cerrada) y…. tras 11 horas de vuelo, aterrizo a las 4:20 de la madrugada en Sao Paulo. ¿no se hace extraño? Es evidente que el retraso de horas es la respuesta, pero el cuerpo como que se siente raro.

Ahora ya si que es de mañna, son las 07:30 hora brasileña, llevo desde las 6:00 en la puerta de embarque y hasta las 8:55 no sale mi vuelo. Y ya frito por probar los vuelos con Lan Chile, me han hablado maravillas de esta compañía, y espero poder disfrutar el vuelo, aunque… no sé si podré con el sueño.

Nos vemos en Santiago de Chile.

En este día...

Categorías: viajes

Ramón

Apasionado del Conocimiento Libre y de las personas. Autor de Software Libre y Comunicación

1 comentario

Ronnie · 17/10/2011 a las 4:37 PM

Qué bueno! busco en Google a ver cuánto dura el vuelo de Madrid a Sao Paulo y me encuentro con tu blog.

Si es que estás en todos laos!!!!! Un abrazo

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