Como llevo varios días en casa, con bronquitis, estoy viendo más tele que nunca, ya que no puedo casi ni escribir en el ordenador. Y hoy me he quedado impresionado escuchando en dos programas, uno por la mañana y otro hace pocos minutos, como la familia de MariLuz, y más concretamente su abuelo, piden justicia.
Es una lástima no tener la transcripción completa, pero como ha señalado el comentarista, Juan Cortés (el abuelo) no tendrá estudios, pero dice verdades como puños. Verdades que muchos españoles hacemos nuestras, y que lamentablemente en muchos casos hemos sufrido, «estos señores -jueces- se creen todopoderosos e intolerables, y muchos son franquistas». Ha venido a mi cabeza una frase que no para de repetírseme desde hace años a la cabeza: «España es un país hipócrita, intentamos dar ejemplo internacional inculpando a Pinochet, pero en España aún tenemos muchos jueces de la época franquista, por no hablar de todos los atropellos de la dictadura aún sin castigo».
Increíble la paciencia, cordura y temple que está mostrando esta familia, como Juan José, el padre de MariLuz siempre se ha comportado y la moneda con la que una vez más le paga el corporativismo judicial. Esta mañana lo decían bien claro en la tele, no creen en la justicia, y es entendible, con una justicia así es muy difícil creer en la justicia. También me quedo con sus palabras de esperanza: «Queremos que se limpie el cesto de manzanas podridas» «Queremos limpieza para tener una justicia de primera y de calidad»,… y otras muchas frases, todas acertadas desde mi punto de vista. Y como no, me quedo de entre todas con: «Sin justicia no hay libertad»
Y todo esto justamente hoy, 11 de septiembre, una fecha muy señalada en muchísimas personas: golpe de estado de Pinochet y el atentado de las torres gemelas, pero igual de especial para mí, y casi porque recuerdo los atropellos judiciales que sufrí en mis propias carnes: mi particular 11 de septiembre