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Friederich Merz, ¿un giro en la cancillería alemana?

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El pasado 23 de febrero, Alemania celebró elecciones anticipadas. El partido Unión Cristianodemócrata y su actual líder, Friedrich Merz, obtuvieron la mayor votación, posicionándose así, como la principal opción para dirigir la cancillería alemana los próximos años.

Tras este resultado, y sin una ventaja significativa, la primera tarea que Merz deberá asumir es la de liderar el nuevo gobierno de coalición. Y tendrá que hacerlo en un entorno ampliamente dividido y afectado por la crisis económica, de seguridad internacional y de la era Trump y sus aranceles.

Pero, ¿cuál es el perfil de Friederich Merz y cómo se ha convertido en el nuevo canciller alemán? ¿qué cambios supone su estilo en la política alemana?, y ¿cuáles fueron los discursos y apuestas que llevaron a la mayoría de los y las alemanas, a darle su apoyo en las últimas elecciones? Estas son algunas de las preguntas que desarrollaremos a continuación.

F. Merz, ¿la salvación de una Alemania en crisis?

Merz llega a la cancillería en el contexto de una Alemania altamente dividida e inestable. Por un lado, la disolución del acuerdo entre las fuerzas liberales, socialdemócratas y verdes, que conformaban el último gobierno encabezado por Olaf Scholz, le obligaron a este a adelantar las elecciones.

Lo anterior, además de generar un ambiente de desequilibrio e incertidumbre, aumentó el descontento ciudadano en torno a los partidos en el poder. Lo que hizo legítimo, e inminente, un cambio de régimen y liderazgo.

Por otra parte, la sensación de crisis generalizada que experimenta la sociedad alemana en torno a temas como la economía, la inmigración, seguridad y crecimiento económico, también jugaron un papel importante en la aceptación ciudadana de una figura como Merz: pragmático en términos económicos, socialmente conservador, y enfático en la defensa nacional de Alemania y la Unión Europea frente amenazas externas.

Aunque las condiciones mencionadas parecerían útiles para unir el apoyo ciudadano en torno a una opción de cambio. Lo cierto es que la atomización política persistió en las urnas, reflejando un apoyo mayoritario, pero aún escueto, al CDU (28.6%), partido liderado por Merz. Seguido de un gran aumento en el respaldo a la opción de extrema derecha AfD (20,8%), que se posicionó como segunda fuerza política en el país.

Por su parte, el saliente partido socialdemócrata SPD sufrió un fuerte golpe, perdiendo el 9,3% de los votos; mientras las fuerzas verdes (-3,1%) y liberales (-7,1%), que conformaron el último gobierno, también tuvieron pérdidas significativas.

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Tradicional y conservador, pero ostentoso: el estilo de Merz

Por su larga trayectoria en el sector financiero, Merz transmite una imagen tranquila y convencional de hombre de negocios dispuesto a ejercer el poder. Nacido y criado en el entorno rural alemán, en una familia acomodada, y abierto defensor de los valores sociales tradicionales. El nuevo canciller representa a un gran conjunto de la ciudadanía alemana. Es decir, personas que se identifican ampliamente con estos mismos valores, así como con la importancia de la nación, la familia y el trabajo.

Católico, esposo ejemplar por más de 40 años, padre y abuelo, Merz encarna el estilo de un clásico alemán de clase media-alta. O, al menos, la opción menos radical y efectiva por el momento, dada la fuerte división de las izquierdas y la radicalidad de otras opciones de derecha.

Su paso por la política inició desde muy joven, cuando se afilió a su actual partido, con apenas 17 años. Desde entonces, ha militado en el ala más tradicional o “dura” del partido conservador, lo que en su momento le llevó a tener marcadas diferencias con la antigua líder del partido y ex canciller, Ángela Merkel.

Tras perder contra ella la posibilidad de liderar el CDU y, por ende, aspirar a la cancillería, en 2002, Merz se fue a trabajar en el sector privado como alto ejecutivo de un importante fondo de inversiones internacional.

Su paso por el mundo privado y financiero, le permitió amasar una enorme fortuna y destacarse públicamente como un hombre rico que disfruta de ciertas excentricidades como conducir su propio avión privado constantemente.

Igualmente, le han dotado de una visión pragmática, pro empresarial y antiburocracia. Así como un enfoque claramente liberal, en la administración del estado. Desde este margen, Merz ha defendido ampliamente el recorte en el gasto social, la eliminación al veto para el endeudamiento, y la necesidad de aumento del gasto público para revitalizar la economía.

Con Merz, la política alemana, en particular la cancillería, daría un vuelco de estilo significativo. Pasando de la tradicional austeridad y conservadurismo económico, a un claro perfil ostentoso y excéntrico, al menos en el plano personal.

¿Hacer Alemania grande de nuevo?, la apuesta de Merz

Al igual que sucede con otras economías de la región, Alemania enfrenta una grave crisis económica desde que el país entró en recesión en 2022. La inflación, la crisis energética, el alto gasto social y la decadencia de la industria, entre otros factores, han precipitado el decrecimiento del PIB. Y, por ende, la pérdida de protagonismo y liderazgo económico en Europa.

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Sumado a esto, el tema migratorio, parece haber llegado a un punto límite, exacerbando los discursos más xenófobos y antimigrantes promovidos por las corrientes de extrema derecha. Si a esto sumamos la crisis o inestabilidad en la seguridad nacional, provocada por el conflicto ruso-ucraniano, la amenaza de Putin, y la reciente desprotección estadounidense a la Unión Europea. Entonces, nos encontramos con una razón adicional para legitimar la necesidad de fortalecer el liderazgo militar alemán en la región.

Frente a todos estos escenarios y problemas, Merz ha sabido tomar una delantera importante y perfilarse como líder ambicioso, pragmático y dispuesto a romper tabúes. Sobre todo, en temas como la migración o el gasto económico para impulsar la economía.

Pero también, en señalar la importancia de hacer ajustes fiscales propios del liberalismo, que se inclinan por el recorte social y burocrático del estado, o por efectuar una política impositiva menos agresiva que favorezca el desarrollo empresarial.

Igualmente, dentro de su discurso, ha destacado la necesidad de un gasto importante en defensa, e infraestructura, y en retomar el liderazgo militar y económico de la Unión Europea. En particular, ante un cambio de escenario del conflicto ruso-ucraniano impulsado por la nueva presidencia de Donald Trump en EE. UU.

La retórica del cambio activo, pero moderado

Aunque todos son temas cruciales, la postura antimigración, es quizá el aspecto que más relevancia ha tomado durante esta campaña. Merz ha sabido sumarse a esa corriente que rechaza el seguir recibiendo migrantes y solicitantes de asilo en frontera. Y ha puesto un veto y ultimátum a la migración ilegal que ha aumentado en el país, lanzando alternativas como la deportación o el cierre de fronteras.

Esta postura ha significado, para muchos, un guiño a la extrema derecha, con la que Merz ha dicho que nunca pactaría para hacer gobierno. No obstante, la fuerza alcanzada por esta vertiente en las últimas elecciones, como segunda fuerza política, marcará una tendencia importante en el Bundestag.

Con todo, la postura antimigración ilegal, vía libre al endeudamiento, disminución de la burocracia y gasto social, fortalecimiento de la industria y aumento del gasto en defensa, fueron los bloques temáticos y discursivos con los que Merz se perfiló como una verdadera opción de cambio.

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De esta manera, logró no solo conectar asertivamente con un gran porcentaje del electorado preocupado e inconforme en temas como seguridad, bajo crecimiento económico, estabilidad y la seguridad nacional. Sino que también, supo plantear un nuevo rumbo para la economía y el liderazgo regional.

A su vez, el distanciamiento de la extrema derecha, pero la simpatía con parte de su agenda, le permitió captar votantes no radicalizados, pero interesados en una intervención seria en asuntos centrales para el país como el migratorio.

En definitiva, pese a que su estilo de millonario ostentoso, puede desencajar un poco respecto de la tendencia tradicional de la cancillería alemana. Lo cierto es que dicho estilo le distancia a su vez de lo que han significado las últimas administraciones, y lo presentan como una opción que puede dar un giro eficiente a la gestión del gasto y la administración del estado alemán.

La Alemania de Merz ¿a un paso de la derecha radical?

Aunque lidera la principal fuerza política en el parlamento, Merz todavía necesita consolidar la recién formada coalición de gobierno que le proclame como legítimo canciller de Alemania. Las negociaciones entre los conservadores y socialdemócratas han dado lugar al primer gobierno. Mientras que la segunda fuerza política, AfD, continúa siendo rechazada para conformar gobierno, al menos por el momento. ¿Será así todo el mandato, funcionará el «cordón sanitario»?

Ante un contexto adverso, así como una ciudadanía que reclama cambios, estabilidad y sensatez política y económica. Así como una región que necesita liderazgo económico y militar, Merz deberá hacer todo lo que esté en sus manos para mantener sus propuestas de campaña vigentes y, por supuesto, hacerlas efectivas.

La fuerte división política y la gran tendencia hacia la radicalización, principalmente de derecha, plantean un reto decisivo, no solo al gobierno que se conforme, sino también a la democracia alemana y europea. Ya que, de no prosperar un gobierno, o de no hacer una gestión efectiva y llevar adelante las políticas necesarias, la puerta a la extrema derecha, estaría más que abierta.

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