Como ya he comentado en anteriores posts, el software libre, o más bien las personas que están detrás de las tecnologías libres, se plantean el código como conocimiento, conocimiento que debe ser compartido. Entienden que el 
Hoy, mientras seguía con las clases del Master en Software de Gestión: Open Source, SaaS & Cloud, y más concretamente un módulo de gestión de Comunidades, veíamos como ejemplo el caso de OpenBravo. Mi reflexión era la misma de siempre, la Comunidad es lo más importante, sin Comunidad, osea sin personas, no hay nada: Tecnología sin personas no aporta, no crea Sociedad.
La tecnología debe servir para generar más y mejores oportunidades, para ser la herramienta que facilite la vida a las personas, y como los programas informáticos, si éstos no son usados, no son útiles, no son compartidos, no sirven.
La tecnología debe servir para aportar soluciones a las personas, y en este sentido, las que realmente ofrece más por menos, son las tecnologías libres.
El concepto de Comunidad, da igual que sea para un programa informático que para cualquier tipo de proyecto, se basa en un número de personas que suman esfuerzo, tiempo, capacidad, inteligencia, energías, ganas, entrega… en pro de un proyecto común.

De igual manera, me ha sorprendido conocer el buen estado de salud que parece muestra OpenBravo y su comunidad, y que ojalá sirva para que personas, empresas, estudiantes, ciudadanía,… conozcan los beneficios del software libre. Entiendan y compartan que la tecnología debe ser fuerza motriz para generar mejor Sociedad, y en ese rumbo, todos a una, empresas y ciudadanía. Lamentablemente siempre hay un debate en torno a los productos de software libre, primero porque no siempre existe una mentalidad colaborativa y cooperativa en las empresas, o no comparten un principio básico del software libre, otras porque no se comprende que las empresas deben tener ánimo de lucro, y en otras muchas, porque falta comunicación y/o coordinación.