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7 errores comunes en campañas políticas y cómo evitarlos

Llevar al éxito una campaña política requiere de gran esfuerzo, coordinación, estrategia, recursos económicos y, sobre todo, método y disciplina. Aunque se cuente con una estricta agenda, planeación estratégica, un gran equipo y un excelente candidato(a), a veces también se requiere de una chispa de ayuda que algunos definen como suerte y otros como cabalgar la ola. Es verdad que, en el transcurso del proceso, hay muchos elementos que escapan al control, y a los cuales, es preciso aprender a adaptarse con agilidad y creatividad.
En este camino, es común que se cometan diversos errores, muchos son impredecibles, mientras que otros, pueden sortearse mejor con una adecuada visión del contexto, recursos y candidato. Así como con una realiista lectura del electorado, y claro está, con la definición precisa de un objetivo, considerando las fortalezas o debilidades que se interponen en el camino.


A continuación, exploraremos algunos de los errores más recurrentes en campañas, y qué estrategias implementar para evitar caer en ellos, o al menos, no repetirlos.


1. Falta de disciplina financiera y gastos innecesarios


Hay algo que sabemos todos, las campañas políticas son excesivamente costosas. No importa que el candidato sea un magnate como Donald Trump, o un debutante en una elección local. Lo cierto es que, siempre hará falta dinero.
Por eso, la gestión de los recursos y apoyos financieros es determinante para el éxito. De ello depende que el dinero disponible sea dirigido a cada una de las estrategias (comunicativa, imagen, publicitaria, digital, etc.) de forma eficiente. Esto es, sin que se incurra en déficit o exceso, sino más bien, procurando un equilibrio entre los gastos según su nivel de importancia y resultado.
En este sentido, es muy importante evitar gastos innecesarios, sobre todo si no es posible medir el retorno de dicha inversión. Por ejemplo, gastar en camisetas, globos o portavasos no va a generar tanto impacto, o no un impacto medible, como si inviertes en una estrategia de medios fuerte y constante. Por lo tanto, hay que procurar un gasto con criterio racional, y siempre con visión estratégica. Y obvio, en muchos países el gasto más importante es el de «la movilización».

2. Desconfiar y no atender los consejos del equipo y expertos de la campaña


Es imposible no coincidir en que, la figura central de una campaña debe ser su candidato(a) y proyecto político. Esta persona es quien, en efecto, encarna la claridad y alcance de sus propuestas, y quien debe transmitir la confianza y firmeza suficiente en su campaña.
Sin embargo, pese a sus conocimientos, habilidades y fortalezas de su personalidad, cualquier candidato requiere de un equipo que le complemente, le asesore y le guie en una amplia cantidad de aspectos que precisa coordinar para que su estrategia alcance el éxito.
Cuando esta figura desatiende las recomendaciones, el análisis o las sugerencias de los expertos, está desoyéndose a sí mismo, y perdiendo la oportunidad de mejorar y ajustar su estrategia. Ante todo, la política es un deporte de equipo, por lo tanto, un político debe tener la capacidad de conformar un grupo de colaboradores con roles definidos, que le nutran. Y sobre todo, a quienes esté dispuesto a escuchar. Y ojo, se trata de escuchar a expertos, no a familiares o amigos pseudoexpertos que jamás han estado en una contienda.


3. Hablar de todos los temas sin hacer énfasis en nada


La complejidad de las realidades sociales y políticas son latentes en cualquier parte del mundo. Es común que esto nos lleve a identificar diversidad de problemas y temas que necesitan una atención y soluciones políticas. No obstante, a la hora de diseñar un programa de gobierno o definir temas de campaña, es fundamental enfocarse.
Abarcar todos los problemas de tu país o localidad, solo podrá llevar a la frustración técnica, económica y mental de no poder dar solución a todo. Además de sembrar una imagen poco profesional e inexperta. En lugar de esto, es conveniente identificar aspectos puntuales, priorizar problemas y definir soluciones conforme a las necesidades ciudadanas y a su percepción sobre sus propios problemas.
De lo contrario, se corre el riesgo de estar desconectado de la realidad y de transmitir pocas habilidades administrativas, políticas y técnicas para resolver asuntos cruciales.
Para definir una agenda que se corresponda con lo que le preocupa al electorado, conviene hacer sondeos de opinión, encuestas, o recopilar datos de medios de comunicación y redes sociales. Así se podrá hacer énfasis en lo que la gente necesita y nutrir los esfuerzos en definir propuestas asertivas y viables que conecten con las demandas ciudadanas.


4. Evitar tomar postura sobre temas polémicos o centrales


La realidad política es dinámica y cambiante en todo el mundo. Esto normalmente trae consigo el surgimiento constante de polémicas o la necesidad de atención de crisis. E incluso, el surgimiento de escándalos, señalamientos o ataques a la reputación de los candidatos.
En cualquiera de estos casos, la imagen de cualquier político está en el punto de mira, no solo de la ciudadanía, sino de los medios de comunicación, la opinión pública y sus adversarios. De ahí que cualquier cosa que se diga, o se calle, es vital para catapultar esa imagen o destrozarla.
Algo fundamental al respecto, es nunca guardar silencio o evadir este tipo de polémicas. Lo ideal, para reforzar la imagen, incluso en caso de ataques, es siempre mantener activa la comunicación, tomando postura frente a la situación de una manera tranquila, profesional y ética. De todo ésto hemos hablado en diversas ocasiones de como afrontar una crisis de comunicación o reputación.
Cuando se trata de temas puntuales o problemas sociales, hay que considerar este espacio como una oportunidad para mostrarse como la mejor alternativa para enfrentarlos. Y demostrar cuáles son las habilidades y estrategias contempladas para lograrlo. Este tipo de ejercicio fortalecerá una imagen en torno a la confianza, la legitimidad y la credibilidad. La clave será mantener la claridad y coherencia.


5. No segmentar adecuadamente


Así como no es recomendable abarcar todos los temas de la agenda pública. Tampoco es útil dirigir los mensajes y la estrategia de campaña a toda la ciudadanía. Esto solo significará un desgaste innecesario de recursos humanos y económicos, al tiempo que resultados nulos.
La segmentación de públicos y audiencias es hoy en día algo fundamental para el éxito de cualquier campaña política. De ello depende poder llegar de forma genuina a los sectores sociales y económicos que más encajan con la figura e imagen del candidato. Así como con sus propuestas y sus metas electorales. Constantemente me encuentro tanto en comunicación institucional como electoral equipos de comunicación que meten pauta y lo hacen sin estrategia, solo publicitan un contenido, sin segmentarlo, y la mayoría de las veces ya no solo es que no eficienten el gasto, es que reciben interacciones negativas. Obvio, si estoy publicitando un contenido político a un sector que no le interesa, lo mínimo es que me ignore y lo más probable es que se acuerde de mi familia. Por eso, hay una premisa básica en estrategia digital, segmentar contenidos y públicos es vital.
Además, esta estrategia permite enfocar mejor los esfuerzos económicos y del equipo de campaña, en construir mensajes más personalizados y efectivos en los sectores ciudadanos definidos. Así como definir otras experiencias o formas de aproximación al electorado a través de medios de comunicación, eventos públicos, recaudación de fondos o medios digitales, entre otros.


6. Ignorar contexto sociopolítico y no trabajar con los datos


Sin importar el tipo de candidato, su reputación, si es novato o con trayectoria; incluso sin importar el apoyo económico que reciba, hay señales del contexto que no pueden ser ignoradas.
Estas señales son diversas, y van desde el posicionamiento y cambios en la opinión pública, el clima político, agenda pública, análisis de medios, niveles de abstencionismo y participación. Hasta la reputación del partido, el histórico del apoyo al mismo, y los socios de campaña.
Para plantear una estrategia de campaña efectiva, es fundamental no ignorar ningún detalle. Y lo más importante, estar atento y preparado para enfrentar sorpresivos cambios o crisis emergentes. A esto hay que sumar la importancia de los datos y su papel a la hora de diseñar estrategias más asertivas en términos de marketing, segmentación y personalización de mensajes.
Una campaña que haga planeación estratégica sin darle el valor suficiente a los datos, sin importar la reputación o popularidad del candidato, difícilmente podrá ser exitosa. Es más, como siempre digo, sin investigación, yo directamente no trabajo. Sin investigación no puede haber estrategia, cuando más ocurrencias y en la mayoría de los casos, fracaso.


7. Olvidar el contacto con los electores y emplear una narrativa negativa

Es común que en el desarrollo de una campaña se invierta tiempo excesivo en aparecer en medios, desarrollar una estrategia digital, o consolidar acuerdos políticos y financiación. Si bien estos aspectos son importantes, no se debe correr el riesgo de descuidar las acciones que conectan directamente con los ciudadanos.
Esto es, no descuidar el trabajo con las bases, en las calles y en la plaza pública. Aunque las demás estrategias son para fortalecer la imagen y transmitir confianza y profesionalismo. La confianza ciudadana se logra hablando directamente con los votantes y mostrando una actitud cercana y empática. Lo de siempre, tierra y aire se complementan en cualquier campaña electoral.
Por último, en cuanto a las narrativas y mensajes, aunque hay ciertas tendencias que privilegian una retórica de ataques. Así como una dinámica de radicalismo y señalamientos a contrincantes y sectores sociales. Es fundamental que ningún candidato pierda de vista los principios éticos y democráticos.
Esto es, una interlocución desde el debate abierto, crítico y propositivo. Todo esto, evitará mayor división en la población y facilitará el logro de acuerdos entre sectores políticos de cara a un gobierno.

Espero que si estás inmerso en una campaña electoral o pronto das el paso, que este post te ayude a no cometer estos 7 errores que tan comunes son.

En este día...

Ramón

Apasionado del Conocimiento Libre y de las personas. Autor de Software Libre y Comunicación

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