Se puede decir que, desde sus inicios con los filósofos griegos y hasta ahora bien entrados en el siglo XXI, la política se ha basado en un sistema de comunicación que ha tenido muy pocos cambios. Podemos decir que la evolución fue en paralelo a la capacidad tecnológica del ser humano.
A las clásicas reuniones en las plazas se les añadió una tarima y un gran sistema de sonido, para convertirlos en eventos masivos. Luego a eso se sumaron la radio y la televisión, y el público se multiplicó de manera exponencial, pero la forma en que se está dando la comunicación no ha cambiado: Un sistema unidireccional, discursivo y hermético, donde los líderes hablan y proponen, y el pueblo sólo escucha y decide si darles su confianza o no.
La Covid-19 llegó como una enérgica bofetada para hacernos ver a todos lo obsoleto que está este sistema. Ya no se recomienda reunir a muchas personas en ningún lugar, ni repartir panfletos, ni mucho menos ir de casa en casa o de comunidad en comunidad a conversar con la ciudadanía. El contacto directo como estrategia de campaña ha quedado revocado, o al menos limitado.
La comunicación política postcovid estará marcada por una ascendiente inclinación hacia todos los medios de plataforma digital y la Tecnopolítica. Ya varios líderes han conducido exitosas campañas con este sistema, sentando unas sólidas bases para todos aquellos que encontraron el interés de unirse tras experimentar las condiciones de cuarentena.
A continuación, te cuento un poco sobre esas estrategias de comunicación política que ya se han aplicado, y que resultan prometedoras, no solo para frenar la pandemia, sino también para comenzar a forjar el nuevo conjunto de métodos de comunicación que marcarán la pauta en esta época de crecimiento tecnológico.
Sabemos que la transición hacia los medios digitales es inminente, sobre todo ahora con las condiciones de aislamiento que debemos mantener para evitar una nueva propagación de la Covid-19, pero el hecho de que la gente utilice los medios digitales no nos garantiza que serán receptivos a la comunicación política por medios digitales.
La gente en la actualidad vive bajo un bombardeo de información aleatoria las 24 horas del día, los 7 días a la semana. Ya no hace falta sintonizar un canal de noticias para enterarte de los acontecimientos, ya que las noticias llegan a ti por su propia cuenta; llegan cuando quieren, y en el formato que quieren. La cualidad multidireccional de la comunicación moderna incluso ha hecho que cada usuario de las redes sociales, o de otras plataformas digitales, adopte un papel de comunicador social, de periodista, crítico, y hasta juez.
Para ganarte la atención en un medio sobrecargado de todos los temas habidos y por haber, tienes que utilizar una manera creativa de abordar tu tema. Encontrar un acercamiento ideal para que el usuario, el lector, se sienta impresionado y emocionado al encontrarse con tu contenido, y que le resulte tan útil o importante esa información que considere necesario compartirla con sus amigos.
Trump ha hecho uso de esto en sus dos campañas para las elecciones EEUU, y ya logró el éxito en una de ellas. Su estrategia se basa en clasificar a todo su electorado por pequeños grupos socio-étnico-culturales, para generar contenido de interés para cada uno de estos grupos, engancharlos en los medios que frecuentan, y guiarlos hacia algún call to action (llamado a la acción) para compartir el contenido, suscribirse al boletín de correo electrónico, hacer donativos, trabajar como voluntarios, o redirigirse hacia una página web de campaña electoral.
Cuando aprendes a crear contenido que tu público target quiere consumir, entonces puedes, de manera efectiva, añadir a ese contenido el mensaje o proyecto que quieres compartir con la ciudadanía, y motivarlos a tomar acciones para multiplicar el mensaje o para poner en marcha ese proyecto.
Gran parte de la ciudadanía ve las campañas electorales como entretenimiento. Desde hace muchos años que los candidatos asisten a shows de comedia, de debate, o de variedades, y van dejando su discurso acompañado de chistes sanos, o de acaloradas discusiones para demostrar a la audiencia cuan versados son respecto a un tema. Y como ya venimos contando desde hace mucho: Lo viral ya no garantiza el éxito. ¿Cómo capitalizar el conocimiento en votos?
Ahora que la vida ha dado un vuelco por la cuarentena y la pandemia, toda esa experiencia de entretenimiento que tanto le gusta a los electores hay que trasladarla al formato digital. Las entrevistas ahora tendrán que ser a través de videollamada, mientras que los debates en vivo se pueden hacer ahora a través de un seminario web. Lo importante es que el electorado siga encontrando esos espacios en los que se divierte viendo a los candidatos desenvolverse fuera de su zona de confort, titubear, reírse por los nervios, meditar sus respuestas, y ser más auténticos.
La ciudadanía también encuentra entretenimiento en la política cuando pueden crear su propio contenido al respecto. Se crean vídeos de Tik Tok, hilos de Twitter, y, en mucha mayor medida, se crean memes. Nadie se escapa de los memes.
Durante el período de campaña para las Elecciones EEUU, las redes sociales de ese país se inundaron de memes políticos, promovidos por otros sitios web y foros de discusión, como Reddit, o 4chan. El candidato a la reelección Donald Trump, y el demócrata Andrew Yang fueron los principales blancos del humor crítico y ácido de los memes.
En lugar de tomar los chistes como ofensa, ambos candidatos supieron aprovechar la viralidad de ese tipo de contenido para potenciar el alcance de su campaña política. A Andrew Yang se le ocurrió acuñar su propio hashtag, #YangGang, con el cual podía darle seguimiento a todos los contenidos virales sobre su gestión mientras se distribuían en las redes sociales. Trump, por su parte, dirigió la creación de una docena de grupos de Facebook, cada uno diseñado tras un previo estudio de micro-targeting, para alcanzar a comunidades virtuales unidas por raza, ideología, profesión, o gustos artísticos, entre otros y ofrecerles contenido de valor (como lo que hablamos arriba) que los motivara a colaborar con la campaña.
Las medidas de distanciamiento social hacen que sea menos necesario para los políticos tener un guardaespaldas o agentes de seguridad, pues no tendrá oportunidad de atravesar un tropel para besar a un bebé, ni pararse en una tarima frente a una multitud para compartir un discurso, así que es mucho menos probable que alguien se acerque a agarrarlo o agredirlo.
En la democracia postcovid, los riesgos y peligros también se mudaron a la plataforma digital. Ahora en vez de preocuparte por tu integridad física, tendrás que preocuparte por tu integridad psicológica y curricular, ya que siempre habrá alguien con intenciones de sabotear, hackear, tergiversar y desacreditarte como candidato y como ser humano.
No permitas que nadie saque tus trapitos al sol. Toma las siguientes medidas de seguridad en tus plataformas digitales para protegerte a ti, a tus familiares y a tu campaña de sufrir un ataque informático.
La OMS calcula que pasarán al menos otros 4 o 5 años para considerar bajo control la amenaza epidémica de coronavirus. Por lo tanto, no puedes hacer la vista gorda ante la posibilidad de que haya nuevos brotes de la enfermedad, o de que las medidas de confinamiento vayan entre ser estrictas y ser suaves, o de que el trabajo y las instituciones no terminen de arrancar por completo.Ante este panorama incierto, la decisión más sabia para fortalecer tu comunicación política y/o campaña electoral es estructurar tus actividades en un plan moldeable, que pueda cambiar tanto de fecha como de medio, y cuya aplicación dependa de pocas personas, para que todo se pueda seguir llevando a cabo aún si te toca enfrentar situaciones extraordinarias.
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