La gestión de una crisis es a menudo el tan temido “saquen una hoja, muchachos, vamos a hacer un examen”, de cualquier gobierno. Su comunicación requiere de la coherencia entre las declaraciones y las acciones pero además de transmitir la seguridad del gobierno ante la necesidad de paliar la incertidumbre aparejada.
Aunque cada emergencia es diferente, hay una serie de asignaturas que deben atenderse para su exitosa gestión. Entre ellas destacan la capacidad de anticiparse a los problemas, la planificación de la estrategia de contención, la información veraz y oportuna, el establecimiento de un marco adecuado para la transmisión de mensajes institucionales, la temprana atención a las demandas sociales.
No obstante, quizá el desafío principal de un gobierno en medio de una crisis es elegir al vocero correcto, pues de ello depende en gran medida que la comunicación de su gestión sea exitosa. En los meses pasados hemos visto como la conferencia de prensa del subsecretario López-Gatell se convertía en “la telenovela de las siete”. Gran parte del país está pendiente de la información que provee.
Para entender la importancia del tema, nos será de mucha utilidad analizar siete razones por las que el vocero mexicano, Hugo López-Gatell, subsecretario de salud, ha sido la mejor opción del gobierno mexicano para estar al frente no solo de la estrategia de combate a la pandemia del COVID-19, sino también de la comunicación gubernamental en torno al tema.
Por último, un gobierno no puede dejar de considerar, a la hora de elegir al vocero, las implicaciones mediáticas que su elección acarreará: ¿Tiene señalamientos de corrupción, mala praxis o credibilidad desgastada? Porque en tal caso aunque fuera un extraordinario comunicador, el elegido no lograría granjearse la confianza de quienes le escuchan. ¿Aspira a un cargo público que pueda sesgar sus intereses? ¿Está preparado, física, mental y emocionalmente para resistir la presión a la que somete una crisis como esta?
Todas estas interrogantes deben analizarse con cuidado, teniendo presente además, que en tiempos de posverdad y fake news la oposición intentará minar en todo momento la credibilidad del gobierno. Anticiparse a esa ruindad política es el gran desafío de una administración y por eso en paralelo al equipo que atiende el problema de fondo, debe haber siempre un equipo de comunicación trabajando para anticipar los golpes bajos y para responder con eficacia cuando estos ya se han producido.
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