Hace un año escribía Feliz 2014, año de la esperanza
«…esperando que este sea el año o punto de inflexión, en el que todo sea colaboración, cooperación, construcción (no la del ladrillo), ilusión y pasión por crear una Sociedad mejor, basada en la Sociedad del Conocimiento Libre y el bien común.»
y me temo que no fue, al menos en mi percepción personal, sobre todo a nivel de acabar con la crisis de valores que nos ha tocado vivir. Por si fuera poco, este año nos ha tocado vivir nuevas manifestaciones desde hasta donde es posible llegar por mantener el poder, tanto en uno como en otro continente. Pero también han surgido esperanzadoras noticias, como el esperanzador deshielo de las relaciones Cuba – EEUU
A título personal no me puedo quejar, el año comenzó más o menos, se puso cuesta arriba en marzo-abril y ha terminado muy emocionante y productivo, esperando se puedan concretar muchas de las propuestas actuales.
De igual manera y como me decía mi buen amigo Álvaro, no hay lugar para la zona de confort, a por todas, el 2015 está ahí, pero sobre todo las oportunidades de trabajar por un mundo más justo y solidario.
Sumándome al injusto cierre de La casa Invisible, aprovecho para recoger una imagen que aparece en su cuenta de twitter.