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Cuatro estrategias para combatir las fake news y la desinformación desde la comunicación política

La democracia en la era de la desinformación

En entradas anteriores hemos hablado del fenómeno de la desinformación y las fake news como algo que afecta gravemente los procesos electorales y la democracia. Hoy en día, el gran volumen y flujo de información, propio de la era digital, ha favorecido las formas de comunicación masiva. Si bien esto se traduce en una mayor disponibilidad de datos para la toma de mejores decisiones en el día a día de los ciudadanos. Lo cierto, es que también se ha aprovechado para tergiversar la información y manipular las audiencias, causando división, desconfianza y, paradójicamente, desinformación.

En las campañas electorales, particularmente, el fenómeno de las noticias falsas ha afectado considerablemente los niveles de confianza en el proceso electoral, la imagen de candidatos y la participación. En casos más extremos, se han puesto en entredicho resultados legítimos, generando inestabilidad política y riesgo de conflictos. Considerando este contexto, y dado que justamente el papel central de la comunicación política es diseñar e impulsar estrategias que permitan fortalecer una determinada propuesta política. Así como garantizar procesos electorales transparentes y profesionales. Este post se centrará en definir una serie de estrategias a partir de las cuales se puede combatir la desinformación y las fake news desde este campo.

Combatir la desinformación desde la comunicación política

En un contexto tecnológico donde la digitalización permite cada vez más dar una apariencia de veracidad a aquella información que no lo es. La tarea de los expertos en comunicación política y otros profesionales de la comunicación no es para nada fácil. Sin embargo, la misma sofisticación de las comunicaciones y la forma en que circula la información, así como la tecnología y nuevas herramientas, permiten hacer mucho más viable y efectiva esta tarea. Para describir el conjunto de estrategias que desde la comunicación política se pueden implementar para combatir las fake news, nos vamos a centrar en dos tipos. La primera refiere a un conjunto de estrategias convencionales que el marketing político ya usa para sus objetivos fundamentales. Y la segunda está relacionada con las nuevas posibilidades que da la tecnología, la IA y otras herramientas de verificación o fact-checking.

Cuatro estrategias de comunicación contra las fake news y la desinformación

Cuando se trata de combatir la desinformación, la comunicación política debe echar mano de las mismas herramientas y creatividad que ya usa para llegar originalmente a sus audiencias. Es decir, no hay mejor manera de revertir bulos y fake news que informando de forma clara y asertiva a través de los mismos canales.

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Cuatro estrategias de comunicación contra las fake news y la desinformación
  1. Redes sociales y segmentación

Las redes sociales son hoy en día uno de los canales más usados y potentes para conectar con las audiencias, difundir información e interactuar con los usuarios. Esto las convierte al mismo tiempo en uno de los principales medios por los que las fake news se propagan, llegando a alcanzar niveles de viralización máximos que pueden terminar por acabar con la imagen pública de cualquier político o desestabilizar un gobierno en tan solo cuestión de minutos. Y no, no es que las redes sociales sean un problema, de forma orgánica estos canales son, solo eso, un mecanismo de amplificación y difusión de la información. Por lo tanto, es ese mismo espacio el que se puede, y debe usar, para combatir la desinformación y los bulos. Al igual que sucede con el uso habitual que podemos darle a este tipo de plataformas para dar a conocer un candidato y sus propuestas. A su vez, las redes sociales y la segmentación que permiten, son también un canal efectivo para contrarrestar información falsa.

¿Cómo? A través de información verídica, transparente, que genere confianza y cercanía con el electorado. Por ejemplo, mediante anuncios pagados, publicaciones orgánicas y que generen interacción con las audiencias; o mediante campañas de influencer marketing, se puede difundir la información fidedigna. Estas piezas comunicativas pueden y deben apoyarse en otras herramientas como los fact checker, de modo que se neutralice la información viciada con argumentos y datos reales, capaces de generar confianza en las audiencias.

  1. Educación y alfabetización digital

Aunque la alfabetización del electorado no es propiamente una función de la comunicación política. Podríamos decir que brindar a las audiencias la información necesaria y las herramientas para que puedan tomar decisiones informadas, sí que hace parte de una campaña transparente. Asimismo, de una forma de persuasión a través de la razón y el conocimiento, y no desde la manipulación. En este orden, actualmente, la alfabetización digital es clave. ¿A qué hacemos referencia con esto?

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Puntualmente, a la importancia de guiar e instruir a la ciudadanía sobre qué herramientas puede usar para detectar información falsa y no dejarse desinformar o manipular. En este sentido, podemos difundir y enseñar a usar herramientas de verificación de datos y hechos, así como el uso de otras tecnologías. De esta forma, no solo estaremos haciendo bien a nuestra propia campaña, sino también a la democracia, ya que una ciudadanía informada es más crítica, activa y menos vulnerable a la desinformación y división.

  1. Transparencia en la información

Está claro que si queremos evitar la desinformación, el primer paso es empezar por casa. Es decir, vigilar que nuestra campaña o estrategia de comunicación difunda siempre información transparente y verídica. Por lo tanto, lo ideal siempre es usar fuentes confiables para informarnos e informar, citar datos, nunca ocultar información o usar información ambigua. Una campaña transparente y de cara a la gente, sin duda, generará mayor confianza.

  1. Herramientas tecnológicas contra las fake news y la desinformación

Pese a que está claro a que las fake news pueden amenazar gravemente nuestras democracias, la complejidad del fenómeno ha permitido avanzar en el desarrollo de herramientas que puedan contenerlo o restarle poder. Los avances tecnológicos y diversas aplicaciones disponibles hoy en día están ayudando en este camino. Por lo tanto, no estamos solos en esta tarea y con la debida atención podemos dar la pelea a la desinformación. Justamente, el fact checking es un proceso que puede contribuir enormemente a este objetivo.

El fact checking es un proceso mediante el cual se investiga la veracidad y precisión de la información, declaraciones o datos difundidos en el ámbito público, por ejemplo, medios de comunicación, redes sociales y otras plataformas. El objetivo principal es proporcionar al público información precisa y confiable sobre eventos, declaraciones políticas, afirmaciones controvertidas y otros aspectos relevantes de la actualidad. Algunas herramientas para llevar a cabo este procedimiento son:

  • TinEye: Se trata de un motor de búsqueda inversa de imágenes. Las imágenes son el tipo de datos que más suele alterarse en internet, por lo general se usan de manera descontextualizada y manipulando su fuente. TinEye opera buscando coincidencias en internet a partir de cierta imagen en lugar de hacerlo a partir de un texto, como suele ser común. De esta manera se puede identificar si una imagen ha sido usada sin permiso o si se ha manipulado su fuente original. También sirven al mismo propósito otras herramientas como Duplichecker, Google Images o la IA.
  • Whois: Además de imágenes o texto, las fake news también pueden difundirse mediante dominios o enlaces. Para esto, Whois rastrea los datos de un dominio en cuestión y permite identificar su veracidad. A su vez, facilita identificar las actualizaciones generadas por un sitio web, permitiendo seguir la trazabilidad de sus datos e identificar contenido sospechoso o tergiversado.
  • Invid: Los vídeos también pueden ser víctimas de manipulación por trolls u otros agentes de desinformación que los editen y generen imágenes sin contexto. Esta herramienta permite analizar las piezas audiovisuales para identificar si ha existido algún tipo de alteración.
  • Ground News: Esta herramienta permite identificar el tipo de cobertura que recibe una noticia, así se puede analizar si su difusión se ha realizado en función de un sesgo ideológico o de un discurso de odio. No olvidemos que por lo general estos aspectos suelen ser típicos en términos de difusión de información errónea.
  • Google fact check tools: Es un explorador enfocado a la verificación que permite analizar mediante búsquedas rápidas, y en diferentes idiomas, bulos publicados sobre personas, organizaciones y temas en general.
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fact checking

En definitiva, lejos de desaparecer, la manipulación y tergiversación de la información a partir de fake news y bulos, amenazan cada vez más la fragmentación de la opinión pública y la democracia. No obstante, en lugar de ser una condena para las instituciones democráticas, esta realidad se debe considerar como un llamado urgente para fortalecer la educación ciudadana, la alfabetización digital y la vigilancia pública de la información y datos que circulan a diario. Para ello, la tecnología y las diversas herramientas de verificación son grandes aliados, así como grandes instrumentos para empoderar a los ciudadanos en el acceso a información de calidad, verídica y transparente. De esta forma no solo estamos blindando la percepción ciudadana, sino los procesos electorales y la democracia.

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