En los primeros días de este nuevo 2024, y ante un ambiente político bastante caldeado a raíz de la última investidura, en la que el PSOE y su socio Sumar lograron la mayoría absoluta para gobernar, el pasado 21 de diciembre el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, hizo un anuncio, aparentemente sorpresivo, en el que convocaba las elecciones de este organismo de manera anticipada. No sólo serán los primeros comicios de 2024, el año con más elecciones de la historia mundial, sino también los primeros que rompen con la tradición de celebrarse en paralelo con los del País Vasco.
Si bien en el entorno político gallego ya circulaban desde hace unos meses los rumores de una posible convocatoria anticipada a elecciones. Su actual presidente, y sucesor de Nuñez Feijóo, no decidió convocarlas sino hasta haber definido los presupuestos generales de la comunidad para el año 2024. El anuncio, más allá de ser simplemente una convocatoria anticipada a elecciones, se enmarca a nivel nacional, en un ambiente de crispación y tensión política entre el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo y el recién constituido gobierno progresista. Y a nivel local, en un clima en el que, parece estar en vilo la continuidad del PP en su histórico feudo político después de quince años. ¿Qué motiva estos comicios anticipados, cuál es el calendario de campaña y cómo moverán sus fuerzas los diferentes partidos? A continuación, un breve repaso de los principales elementos que rodean la próxima elección.
Alfonso Rueda, actual presidente de la Xunta de Galicia fue elegido como sucesor de Núñez Feijóo en mayo de 2022, luego de que este decidiera tomar la dirección nacional del Partido Popular. Se trata de la cuarta legislatura en la que el PP encabeza, con mayoría absoluta, el gobierno de la región. De hecho, es la mayoría más amplia con la que cuenta el partido en las comunidades donde gobierna, ya que equivale a casi un 48% de los votos. Es decir, muy por encima de lo que logró Ayuso en Madrid (44,7%) o Moreno Bonilla en Andalucía. De ahí que, lo que se decida en las elecciones, convocadas para el próximo 18 de febrero de 2024 no es poco en términos del reparto de poder que quiere mantener el PP.
La convocatoria a nuevas elecciones que, según lo ha afirmado Rueda, tiene el objetivo de “mantener a nuestra comunidad en nuestra isla de estabilidad”, y alejada de lo que ha considerado el “ruido nacional” generado por la reciente investidura del gobierno de coalición. También tiene implícita un delicado cálculo político en el que él mismo tendrá que hilar delicadamente, así como medir el poder de su imagen pública, gestión y capacidad política. A diferencia de Feijóo, político consagrado y con cuatro mayorías absolutas logradas a sus espaldas, Rueda aún no cuenta con un perfil tan consolidado, ni un liderazgo e influencia dentro del partido como su antecesor. En este sentido, algunos lo consideran más como una figura con un fuerte perfil de gestor debido a sus múltiples cargos en diferentes niveles del partido o como conselleiro de la Xunta. Pero no como un líder propiamente carismático que logre aglutinar diferentes voces y fuerzas alrededor de un proyecto político.
Junto con Castilla y León, Galicia ha sido históricamente uno de los feudos políticos del PP. Y más allá del relevo en el poder, la constitución de un nuevo gabinete, o la renovación del parlamento. En las elecciones que se aproximan está en juego la continuidad, o más bien, la necesidad política de este partido, de conquistar la quinta mayoría absoluta en la historia, después de los 15 años de mandato actual.
Hasta aquí, todo parecería perfilarse en un típico panorama electoral, porque sin considerar el contexto nacional, sólo estaríamos hablando de la continuidad o relevo de un partido históricamente en el poder. No obstante, si tenemos presente quién era el anterior presidente de la Xunta, hoy presidente del PP a nivel nacional, Nuñez Feijóo. Así como la coyuntura derivada de la fuertemente cuestionada investidura de Pedro Sánchez como jefe de gobierno, entonces el panorama parece complejizarse un poco más para los populares. De hecho, las declaraciones de Rueda torno a la elección, en donde afirma que: “las opciones son o el PP o un cuatripartito de izquierdas (que tienen muy poco en común, pero se pondrán de acuerdo) que lo fía todo a Pedro Sánchez”, dejan muy claro que, para los líderes del PP, en estas elecciones está en juego el “todo o nada”.
Por su parte, para Feijóo quien decidió enfocarse en la dirección nacional del partido y aspirar a la jefatura de gobierno en las últimas elecciones generales. Estrategia que, pese a los estrechos resultados electorales, terminó en una frustrada investidura. Repetir un escenario similar a nivel local en territorio gallego, no es una opción. Esto no sólo significaría una pérdida de poder incalculable para el partido a nivel nacional. Sino también un gran golpe, e incluso un posible fracaso de la estrategia de oposición que hoy encabeza el líder de la derecha contra el actual gobierno de coalición. De hecho, en relación a lo que se mide en estas elecciones locales, Feijóo justamente ha reconocido que, “es una obligación política conseguirlo. Y fíjese si me estoy arriesgando, porque no soy el candidato”.
El actual parlamento gallego está conformado por 42 escaños del PP, 19 del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) y 14 del Partido Socialista de Galicia (PSdeG). Tras las declaraciones en las que Rueda convocaba a las próximas elecciones, representantes de las dos fuerzas opositoras en el parlamento manifestaron abiertamente su aprobación. Sobre todo, porque consideran que esta será la oportunidad para el “cambio” que tanto necesita la región. En esta línea se ha manifestado, por ejemplo, José Ramón Gómez Besteiro del PSde G, afirmando que, «Ya falta menos para que Galicia pase de un gobierno de confrontación a un gobierno que ofrezca soluciones».
Por su parte, otras voces del PSOE, han señalado cómo estas elecciones anticipadas obedecen a un afán del PP para contener la baja intención de voto que registran en las encuestas. Y es que, en este sentido, algunos consideran que los últimos resultados, tanto de las elecciones municipales del 28M, así como las nacionales del 23 J dejaron un PP en Galicia algo golpeado. La razón es que la suma de los votos de la izquierda y del nacionalismo, superaron a los de la derecha y ultraderecha. Lo cual, si se escala al nivel autonómico, puede suponer que partidos como Sumar y sus aliados, les arrebaten al menos dos escaños al PP. Igualmente, de acuerdo con los últimos sondeos, los votos de BNG y PSOE pueden crecer. En esta línea, empiezan a sonar con fuerza candidaturas como la de Ana Pontón, quien iría en representación del BNG. Pontón cuenta con amplio reconocimiento y aprobación en el electorado gracias a su gran trayectoria como parlamentaria gallega, lo cual la posiciona, de hecho, como una de las figuras con más opción para encabezar lo que sería un gobierno de izquierdas de la Xunta.
Eso sí, claramente todo depende de cómo gire la campaña, y los temas que se posicionen. Que pueden ser netamente los locales, en torno a las necesidades propias de los gallegos, las cuales tienen que ver con el deterioro de la sanidad, la educación, y los servicios públicos. Así como la política industrial y medioambiental. O bien, que los comicios se usen como tribuna nacional para que el PP y su principal líder, sigan haciendo oposición radical al gobierno de Sánchez. Convirtiendo a Galicia en ese feudo que resiste a la considerada por la derecha “ilegítima” legislatura actual.
Aunque claramente por el momento es imprevisible el rumbo que tome la campaña, por lo pronto, algo sí que está claro, las elecciones se celebrarán el tercer domingo de febrero. Desde el pasado 26 de diciembre, fecha en la que se publicó oficialmente la convocatoria, hasta el día de las elecciones, hay al menos tres fechas clave para los partidos. La primera es el próximo 5 de enero, fecha límite en la que se deberán comunicar coaliciones o alianzas de cara a los comicios. La segunda es el 15 de enero, último día para presentar candidaturas, y la tercera es el 22 de enero, día en que se proclamarán los candidatos definitivos que competirán por la presidencia de la Xunta. Pero también por los diferentes escaños en el parlamento gallego. La campaña oficial iniciará el 2 de febrero y se extenderá hasta el viernes 16. Así, tras la jornada de reflexión del sábado 17, los colegios electorales abrirán a los votantes el día fijado para la jornada.
Por el momento, y al tratarse de una convocatoria tan reciente, poco a poco las diferentes organizaciones han ido comunicando sus candidatos. No obstante, si consideramos el calendario anterior, los nombres definitivos y oficiales no estarán claros sino hasta el día 22 de enero. Mientras tanto, se sabe que a las próximas elecciones gallegas se presentarán los siguientes partidos y candidatos.
En definitiva, resta un mes intenso de negociaciones y movimientos estratégicos de los partidos, así como medio mes de campaña para conquistar la presidencia de la Xunta de Galicia. Aún está por verse cómo el panorama nacional imprime su propio sello y dinámica a estos comicios locales, y cómo los resultados de estos hacen eco igualmente en la coyuntura actual. El PP se enfrenta a una quinta mayoría absoluta no tan segura, mientras que la oposición ve una gran oportunidad para fortalecerse, eso sí, ningún partido podrá lograrlo de forma independiente.
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